El profesor les pregunta si un polígono puede recibir dos nombres distintos según la posición que ocupe, pero algunos alumnos han interiorizado tanto las imágenes que han visto en los libros de cursos anteriores que la componente emocional les obliga a mantenerse en su posición a pesar de los argumentos en contra.[br][br]Puede parecer que este trabajo se debería haber hecho antes, que ahora no podemos perder tiempo en esta geometría elemental. El problema es que si no se hace en este momento, los alumnos pueden continuar su aprendizaje con lagunas de este tipo, sin que nadie se dé cuenta y nunca se encuentre el momento apropiado de remediarlas para que avancen en su pensamiento geométrico.